miércoles, 17 de septiembre de 2008

Jamás te olvidaré...

No hubiese querido volver a tener que colgar esta imagen en el blog, lo hice en su día cuanto el accidente de aviación en Barajas, esa vez fue un asunto nacional pero esta vez se trata de un asunto personal.

 

Todavía recuerdo la primera vez que fui ha hablar con él para empezar las clases. Durante 2º de Bachillerato no pude coger las matemáticas, tuve que elegir entre matemáticas y física, y elegí física, aunque era consciente de que en primero de Biología iba a tener una asignatura de matemáticas, así que decidí acudir a una academia de estudios y me hablaron muy bien de un profesor licenciado en Biología (y dije anda como yo en un futuro...). Me decidí a ir a verle para apuntarme. De repente me abrió la puerta un hombre de estatura media, más bien alto, corpulento, con barba y muy bromista, cuando estuve hablando la primera vez con él ya soltó un par de chascarrillos y me animó a estudiar Biología asegurándome que era una carrera fascinante.

 

Durante el verano nuestra amistad fue aumentando, alternábamos derivadas e integrales con anécdotas que le ocurrieron en su tiempo de estudiante y sinceramente era muy burlón, le gustaba meterse con los demás, pero consigo mismo también y no le importaba reir de sí mismo. Empecé la Universidad y todos los días me preguntaba que tal iba en las demás asignaturas y me ayudaba con las matemáticas...todos los martes y los viernes iba de 8:00 a 9:30 de la tarde, pero muchas veces se hacían las 10 en su casa, porque después de la clase nos quedábamos charlando mientras el se fumaba un cigarrillo y me enseñaba libros que vería a lo largo de la carrera o la fantástica colección de insectos que año tras año iba aumentando. Con ejemplares procedentes de sus estancias en Brasil en dónde llevo a cabo algunas de sus investigaciones. A pesar de ser tan diferentes, él biólogo de bota y yo de laboratorio, nos llevábamos muy bien, y me parecía un modelo a seguir, tenía muchísima personalidad y no le importaba decirte a la cara lo que pensaba, a pesar de ir en contra de la mayoría y fuesen cuales fuesen las consecuencias. Pronto llegaron los primeros exámenes del cuatrimestre, y con ellos el temido examen final de matemáticas...soy un negado de las matemáticas lo he de reconocer, y ese examen me daba auténtico miedo, y más después de estar un año sin hacer nada de matemáticas...pero lo superé, y además con nota.

 

Nada más saber la nota le llamé y se lo dije...me dijo que él ya sabía que tenía buena nota porque a pesar de ser un negado para las matemáticas, tal y como yo decía, tenía algo que muchos otros no tenían, constancia, muchísima constancia...y no tiraba la toalla fácilmente. En teoría debería haber dejado las clases de repaso porque mi objetivo ya estaba más que cumplido, sin embargo me sabía mal dejar las clases antes de terminar el curso, así que decidí que podía ayudarme con la física del segundo cuatrimestre, en realidad no lo necesitaba, pero si necesitaba las largas conversaciones que teníamos después de las clases y sus consejos...seguí con él y conseguí la matrícula en física. Terminé el curso y entonces no tuve más remedio que dejar el repaso...todo aprobado, con muy buenas notas y el año siguiente no tenía ninguna asignatura en la que él me pudiese ayudar, todas eran asignaturas de "codos".

 

Es cierto que dejé de acudir a sus clases, pero le hacía visitas esporádicas cuando tenía un ratito (cosa difícil por mis horarios, y también los suyos) se ofreció a ayudarme con el herbario de Botánica del año siguiente e incluso teníamos pendiente una excursión por las montañas del interior de la Comunidad...pero de momento no podía ser porque yo vivía en Burjassot durante el curso y los fines de semana no tenia tenía tiempo. Pasó el curso, y tan sólo pude verle en Semana Santa. Durante esa visita me enseñó la nueva academia que había montado en el centro de la ciudad. Había abandonado aquellas pequeñas habitaciones de su piso donde impartía las clases para tener una academia enorme, en una casa céntrica del pueblo, con sala de estudio y dos clases enormes...un proyecto muy ambicioso y lleno de ilusión que iba realmente sobre ruedas.

 

Jamás abandonaba a sus alumnos, incluso trabajaba domingos para aquellos que tuviesen los exámenes los lunes...Este verano quería ir a verle, pero andaba hasta arriba de trabajo, preparando a los de la "repesca" del selectivo de septiembre así que decidí que iría el viernes siguiente...eso es lo que decidí, pero no lo que he podido hacer...porque ayer por la mañana me dieron una noticia que me cayó como un jarro de agua fría nada más levantarme. Mi profesor había sido encontrado muerto en el coche en medio de la montaña en Cuenca el domingo, al parecer por un ataque al corazón, y había sido enterrado el Lunes, un día antes de que me enterase de la noticia. No me lo podía creer, pero todo cuadraba, tenía costumbre al terminar los exámenes de septiembre de ir a las montañas de la serranía de Cuenca, ir al monte y hacer fotos a insectos, animales....ir para despejarse después de un intenso verano de trabajo...no estaba casado ni tenía hijos, así que se llevaba a sus sobrinos a las excursiones, todos los años igual, menos este año, que se fue sólo...y sin saberlo marchó a su amado monte sin saber que ya no volvería a ver a sus sobrinos ni a sus alumnos para darles la enhorabuena por las notas a aquellos que hubiesen aprobado...nada de nada, un ataque al corazón le ha arrebatado la vida y ha muerto solo, sin nadie a su lado, tan sólo fueron testigos de su muerto aquellos árboles, plantas, animales...que tantas veces había fotografiado...tan sólo ellos presenciaron su ocaso...aunque conociéndole creo que el lo hubiese preferido así, y no delante de sus sobrinos o familiares, no le gustaba que nadie se preocupase por él, ni si quiera dejaba que me enfadara con él cuando lo veía fumar con un poseso...

 

No he tenido la oportunidad de despedirme de él, ni si quiera de acudir a su entierro, ni visitar su tumba porque fue incinerado, pero como dice una chica muy especial, seguro que sigue por aquí, así que nada más decirle que: Jamás te olvidaré y que para mí eres y serás un ejemplo a seguir, tanto en el ámbito académico como en el personal. Descansa en paz Jose, estés donde estés, escribir esta entrada es lo menos que podía hacer por ti, gracias por todos tus consejos y por tu compañía, sobre todo en aquellos momento en que todo me parecía una muralla inexpugnable y tu lo convertías en una pequeña cerca de jardín.

2 comentarios :

Bichofilo dijo...

A lo largo del camino todos nos encontramos a gente singular, maestros que nos guian en el secarral. Que se marchen es una put... es natural.

Ánimo.

Bichofilo dijo...

:'(