martes, 21 de septiembre de 2010

El PICUDO

A la salida del pueblo, en el campo, en la carretera, en muchos chalets, de camino a la universidad… cada palmera que os encontréis con semblante triste y apagado ha sido atacada y está en plena guerra interna contra los apuestos guerreros llamados Rhynchophorus ferrugineus. image Se trata de unos coleópteros cucurlionidos de entre dos y cinco centímetros y coloración rojiza bastante vistosa. Estos simpáticos y aparentemente inofensivos animalitos son los que están acabando con todas aquellas palmeras que adornan cada rincón de nuestra geografía. Son originarios del sureste asiático y en España aparecieron en Almuñécar en 1994 por palmeras introducidas procedentes de Egipto y del norte de África. Afecta sobre todo a los pies macho de la palmera canaria, Phoenix canariensis y en menor proporción a la datilera Phoenix dactylifera.

Todo comienza cuando la hembra accede a la corona de la palmera depositando los huevos, a partir de los cuales salen las larvas de un color amarillentas y sin patas

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que van excavando galerías por el interior de las hojas provocando que se marchiten y amarilleen. Las palmeras afectadas presentarán las hojas caídas, secas y desprenden un olor característico, muy similar al olor a dátil. De la larva saldrá la pupa que en unos 20-25 días originará el individuo adulto, el cual puede abandonar la palmera para reproducirse y encontrar un nuevo hábitat. En lugares en los que hay palmeras es fácil encontrar algún ejemplar revoloteando el tronco.

Mucho se está investigando sobre el tratamiento, pero es un caso difícil ya que las larvas, que son las que provocan el mayor daño al alimentarse del interior de las hojas, no están al alcance si rociamos la palmera con algún tratamiento químico, de modo que lo más probable es que un simple rociado no acabe con la plaga. Otros tratamientos implican inyecciones de químicos, proceso algo más efectivo y lo último que se nosimage explicó que parece ser la panacea o lo plantearon como tal es el uso de nematodos que espolvoreados y en condiciones de humedad buscan activamente las larvas devorándolas. Este tipo de control biológico sería el más efectivo teniendo en cuenta que mientras haya nematodos las larvas serán devoradas y una vez desaparezcan los nematodos morirán por falta de alimento.  Sin embargo, estamos ante una plaga de difícil solución por varias causas, una de ellas es que la plaga no es demasiado visible, cuando la palmera presenta un estado afectado ya es tarde para su tratamiento y también porque básicamente las palmeras no son como un árbol al cual podemos cortar una rama si está afectada, en este caso no podemos cortar la corona, porque si no la palmera muere.

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