sábado, 20 de abril de 2019

¿Hacia el transplante de cerebro?

La donación de órganos está ya altamente avanzada, hasta el punto en el que muchos trasplantes se realizan de forma muy rutinaria, sin apenas problemas. El transplante de extremidades ha sido de los hitos más recientes que se han producido en el campo de la cirugía, siendo el mayor representante español, y me atrevería a decir en el mundo, el Dr. Cavadas. No obstante, hay tipos de transplantes que se resisten más y otros que se postulan a película de ciencia ficción, como es el caso de transplante de cerebro. Sin embargo, se están realizando avances en el campo de la biología celular e histología que pueden abrir puertas a este tipo de transplantes en un futuro, como es el caso del último avance reportado en la revista Nature en la cual han conseguido mantener vivos cerebros de cerdos después de haber pasado por el matadero.

Como ya sabéis el cerebro de los humanos, y el de otros grandes mamíferos, es muy vulnerable a la disminución de oxígeno. Pequeños lapsos de tiempo sin oxígeno pueden producir secuelas muy importantes a corto y largo plazo. Es por ello que cuando se produce un accidente cardiovascular, uno de los principales objetivos de los sanitarios en los primeros minutos, es garantizar la perfusión de sangre en el organismo mediante la reanimación, respiración mecánica, etc.

Otros órganos tienen mayor capacidad de resiliencia a la hora de recuperarse de la falta de oxígeno y se regeneran mejor, permitiendo así el transplante, sin embargo el caso del cerebro y todas las células del sistema nervioso va mucho más allá y son mucho más delicadas.

pig brain cells
Fig,1 Izq. Tejido cerebral postmortem con deterioro normal. Dch. Tejido cerebral mantenido mediante microperfusión. (Zvomnimir et al., 2019)
El gran avance obtenido por estos científicos ha sido el de restaurar, mantener la microcirculación, las funciones moleculares y celulares después de la muerte del animal mediante un sistema de perfusión utilizando sangre que podríamos llamar sintética, sin la presencia de células como los glóbulos rojos. Además esta sangre contiene elementos citorpotectores que permiten la recuperación de las células después de la anoxia, y aporta los metabolitos necesarios para el funcionamiento celular.

No obstante, no se detectó actividad cerebral alguna durante el experimento que indicase cierta "consciencia" por parte de ese cerebro aislado. En parte esto se debe al usso de elementos bloqueantes de la función neuronal, puesto que los científicos temían que dicha actividad pudiese alterar o reducir la vida útil de las células y por tanto dañar el tejido.

Sin duda, este nuevo descubrimiento plantea muchos aspectos nuevos. Quizás podría plantearse ya no el trasplante de cerebro, pero sí el trasplante de células nerviosas para poder recuperar zonas dañadas tras accidentes cardiovasculares, alzheimer, etc. Es un gran avance que, seguro que en un futuro no muy lejano, nos traerá nuevas noticias por el blog.


Z. Vrselja et al. Restoration of brain circulation and cellular functions hours post-mortemNature. Vol. 568, April 18, 2019. doi: 10.1038/s41586-019-1099-1, p. 302.

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