martes, 28 de agosto de 2018

- ¿Te hago la permanente? - ¡Vale! ¡Reestructura mi queratina!

Figura 1. ¿Permanente o rizado? Fuente: PxHere
Los que seáis profesionales en el campo de la bioquímica dejad de leer, para los que no seguid, porque al menos la entrada puede ser para muchos realmente curiosa.

Cuando decimos que la química está en todas partes yo añadiría que la bioquímica también nos acompaña en nuestro día a día y en situaciones cotidianas, muchas veces sin saberlo. De aquí viene el título de la entrada, que trata la bioquímica que hay oculta detrás de una permanente de cabello (Figura1).




He de confesar que jamás me había planteado escribir una entrada acerca de este tema, sobre todo porque es algo que se da (o pensaba yo que se comenta) en la asignatura de bioquímica de aquellos grados en las que se imparte, vamos que lo veía como algo excesivamente simple. No obstante, tras la conversación que tuve con un compañero de laboratorio más joven que yo, me replanté que tal vez no era una anécdota tan conocida.

Figura 2. Estructura del cabello. Fuente: Lidia con la Química - WordPress.com
La estructura de nuestro cabello se basa en la queratina, una proteína que está presente también de forma mayoritaria en las células epiteliales para configurar la epidermis. En el cabello estas células se empaquetan entre sí de forma paralela formando largas fibras, que a su vez tienen la queratina de forma fibrilar. Podríamos comparar un cabello con una "matrioska" de fibrillas empaquetadas entre sí tal y como se muestra en la Figura 2.

Figura 3. Estructura de la queratina. Fuente: Protein Data Bank
La forma del cabello viene por tanto en última instancia determinada por las cadenas de queratina que hay en el interior de estas células. Cadenas que son proteínas con estructura de alfa-hélice (Figura 3) que se mantiene gracias a la formación de puentes de hidrógeno y a los puentes disulfuro que se forman entre las cisteínas.

La estructura de las proteínas se mantiene gracias a las interacciones que se dan entre los distintos residuos de la cadena polipeptídica y también entre los átomos del enlace peptídico. Estas interacciones pueden ser débiles como los puentes de hidrógeno o las interacciones hidrofóbicas, o de carácter fuerte, como es el caso del puente disulfuro.

Cuando vamos a la peluquería a que nos hagan una permanente se aplica calor para desnaturalizar las proteínas del cabello, que no es ni más ni menos que romper esas interacciones débiles que existen en  las cadenas de queratina. No obstante, si queremos que ese rizado sea realmente permanente, nuestra peluquer@ debe ir más allá y romper los enlaces covalentes entre cisteínas. Esto se consigue gracias a agentes químicos que crean un entorno que favorece la rotura de los puentes disulfuro. Una vez desnaturalizada la queratina, se procede a enrollar el cabello en los rulos, modelándolos al gusto del cliente. Una vez finalizado el trabajo, hay que reconstruir las interacciones rotas.

La disminución de la temperatura hará que se restablezcan los puentes de hidrógeno y las interacciones hidrofóbicas, pero para restablecer los puentes disulfuro hay que aportar químicos que creen un entorno favorable para su formación, en este caso agentes oxidantes. Una vez terminado el proceso las nuevas interacciones se han dado en distintos puntos respecto de las originales, en unas posiciones que ahora estabilizan la forma ondulada del cabello.

Como veis, si pedís una permanente en la peluquería, están haciendo biología estructural en vuestro cabello. ¡Y vosotros sin saberlo!


Os dejo con un vídeo bastante explicativo del proceso:






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