Aprovechando que la semana pasada tuve la oportunidad de asistir a un seminario internacional llamado Ciencia, Participación y Sostenibilidad, me 
gustaría compartir con vosotros algunas de las cuestiones más importantes que se abordaron acerca de los límites de la naturaleza y la respuesta ciudadana, para que vosotros podáis también opinar sobre el tema en cuestión, ya que al fin y al cabo, todo lo relacionado con el medio ambiente nos afecta en última instancia a todos.
Parece que últimamente las especies invasoras están de moda y es que no paran de salir en la prensa especies que prácticamente de la noche a la mañana se convierten en invasoras. En esta ocasión, se trata del famoso pleco que todos tenemos o hemos tenido en nuestro acuario. La mayoría de las especies invasoras no son introducidas intencionadamente en nuestros ecosistemas, en muchas ocasiones proceden de personas de buen corazón que no sabiendo qué hacer con ciertos organismos, deciden un día dejarlos en libertad en un río o lago, sin llegar a pensar en las consecuencias que puedan tener sus actos. De este modo comienza la historia de una especie invasora. 
No os habéis equivocado de blog, pero no busquéis hoy en mis palabras nada biológico…hoy más bien es una lección sobre la vida y la muerte que muchos de nosotros deberíamos tener presente cada vez que suena el despertador y ponemos un pié en el suelo.
En la naturaleza encontramos frecuentemente individuos que se agrupan formando asociaciones intraespecíficas (entre individuos de una misma especie) o en algunos casos interespecíficas (entre organismos de especies diferentes). La expresión facial y la postura que adopta el cuerpo, son elementos básicos en la comunicación del mundo animal. Tanto es así que una parte de la etología se dedica a estudiar desde hace muchos años las distintas expresiones faciales de los organismos y lo que implica cada postura. ¿Queréis saber más?
