jueves, 14 de abril de 2011

El sexo de hace 40 millones de años

 

Se calcula, que hace unos cuarenta millones de años, un ácaro hembra conoció a un noble caballero y como si de un cuento se tratara bajo un árbol surgió el amor. La suerte quiso que durante el apareamiento, una gota de resina les cayera justo encima, preservando el momento para toda la eternidad. Hoy todos podemos invadir su intimidad y observar la tierna escena para dilucidar quién manda en cuestiones de sexo, ¿el hombre o la mujer?

La especie de ácaro ya extinta Glaesacarus rhombeus ha podido ser estudiada gracias al registro que dejó el ámbar del Báltico. Pavel Klimov y Ekaterina Sidorchuk estudiaron la pareja y sacaron conclusiones como la de que las hembras eran más fuertes que los machos y que los roles sexuales tradicionales se habían invertido, de modo que la hembra tenía en control del acto. Este descubrimiento entraría en contraposición con las especies de ácaros que hoy conocemos ya que en los representantes vivos, son los machos los que llevan a cabo el control del apareamiento, de modo que son los encargados de presionar a la hembra para que se produzca la cópula y luchan con los otros pretendientes, sin quitarle la vista a la hembra en ningún momento antes y después de la cópula, para evitar que se convierta en promiscua.

Se ha visto que curiosamente, las hembras de la especie extinta antes citada, tenían como unas almohadillas en la parte posterior del cuerpo, que les permitían aferrarse a los machos y de este modo poder dirigir el apareamiento. Tanto es así, que hoy en día se sabe que en algunos linajes las hembras han llegado a desarrollar tubos copuladores que podrían funcionar como un pene, de modo que podrían ejercer ellas el control de todo el acto. Veremos quién manda al final, todo es cuestión de esperar a ver quién gana en la lucha evolutiva.

Os dejo dos imágenes de los ácaros preservados en ámbar para que saquéis vuestras propias conclusiones.

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