Seguro que a muchos de vosotros os suena esto…Toda la vida tomando la misma pastillita, el mismo analgésico de siempre y de repente un día te lo tomas y empiezas a notar calor, sudor, la piel empieza a enrojecer y se llena de ronchas... en efecto estás teniendo una reacción alérgica debida, muy probablemente, a esa pastillita que nunca te había hecho nada y que servía para curar dolores de cabeza o los primeros síntomas de un resfriado, la pregunta inevitable es: ¿Por qué ahora y de repente?
Cuando tomamos un fármaco este es absorbido a través del intestino y pasa a la sangre donde se distribuye por todo el cuerpo. No obstante a medida que este es incorporado por las células es biotransformado, la molécula es metabolizada para hacerla, la mayoría de los casos, más hidrosoluble para ser eliminada del cuerpo ya sea vía orina o vía heces. El problema es que en ocasiones la metabolización del fármaco por enzimas de fase I, como por ejemplo los citocromos, generan especies moleculares que pueden ser reactivas y muy inestables.
Hasta aquí todo bien pero ¿qué es lo que despierta la respuesta inmune? Como muchos de vosotros sabéis raramente las moléculas pequeñas dan lugar a una respuesta inmune, sobre todo cuando las moléculas no son de naturaleza peptídica y no pueden ser procesadas por las células presentadoras de antígenos. Por eso en principio nuestro sistema inmune no debería responder a este tipo de agentes externos.
Sin embargo, tal y como se ha comentado al principio de la entrada, los enzimas de biotransformación pueden dar lugar a moléculas inestables que pueden reaccionar con otros componentes del organismo, como por ejemplo proteínas plasmáticas, formando enlaces covalentes con ellas. En este caso puede ocasionar un cambio conformacional en la proteína y convertirse en algo totalmente distinto e irreconocible como propio por el sistema inmune. Las células presentadoras de antígeno lo procesan y presentan fragmentos de ese aducto, entre los cuales puede presentarse el fragmento que contenga nuestro fármaco unido. Si tenemos la mala suerte de que existen linfocitos capaces de reconocer este epítopo tenemos montada la respuesta inmune. Dependiendo de qué célula haya presentado el antígeno tendremos una respuesta de tipo citotóxico o bien una respuesta mediada por inmunoglobulinas de tipo E (típica de las alergias).
Este proceso es totalmente silencioso y no se va a manifestar hasta que tomemos de nuevo la pastillita, es entonces cuando sufriremos la respuesta inmune que puede llegar a producir shock anafiláctico y la muerte. Por supuesto si esto os ocurre acudid directamente a un servicio de urgencias y no toméis nunca más dicho fármaco, o al menos si lo hacéis que sea con alguien que os acompañe, aunque si ha pasado una vez y la reacción alérgica es debida en concreto al fármaco y no a una mezcla de alimentos y bebida de ese día en concreto es muy probable que os vuelva a ocurrir.
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