El profesor Andrea Cossarizza lleva años de estudio de los efectos del SIDA en los organismos a distintos niveles. Curiosamente a nivel del sistema inmune el SIDA y el envejecimiento tienen muchos puntos en común como después veremos.
Cuando una infección por SIDA no se trata hay una pérdida de función en las células del sistema inmune, que son las diana de dicho virus…poco a poco hay una disfunción del timo (donde se diferencian los linfocitos T), se pierde la integridad de las mucosas y los microorganismos son capaces de atravesarlas etc.
Tras aplicar un agente terapéutico con antiretrovirales muchos de estos síntomas desaparecen pero quedan secuelas causadas por la propia replicación del virus y por la disfunción del timo, como son defectos en la capacidad de regenerar las células T, la perdida de la función inmunoregulatoria, mayor infección por citomegalovirus y mayor posibilidad de infección por microorganismos por los daños ocasionados a nivel de mucosas. Todo esto da lugar a una inflamación crónica que acaba dando lugar a lo que se conoce como inmunosenescencia y enfermedad. Curiosamente los efectos que produce el sida sobre el sistema inmune son muy similares al desgaste producido por la propia edad.
La presencia del SIDA en el organismo acelera los procesos de degradación del sistema inmune que ocurren a medida que el organismo envejece y se produce una inflamación de tipo crónico. Curioso, ¿no os parece?
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