Con este título tan “simpático” quiero empezar esta entrada. Como ya hablamos en el anterior Ciencia en estéreo nuestro organismo está medio controlado por un reloj al que llamamos reloj circadiano y que controla las horas de sueño y vigilia, influye en la hora de comer, etc. Pues parece ser que también los ritmos circadianos influyen en el momento del infarto de miocardio.
Según los investigadores de distintos hospitales de Cuba que han realizado un seguimiento de los pacientes parece ser que el infarto agudo de miocardio suele presentar los síntomas en unas horas concretas. Durante las primeras horas de la mañana (de 6:00 a 11:00) suele darse sobre todo en pacientes con antecedentes de ser fumadores, padecer hipertensión arterial y diabetes. Mientras que a última hora de la tarde (alrededor de las 19:00) parece ser que tiene mayor prevalencia en pacientes con insuficiencia cardiaca o con antecedentes de infarto previos.
Este patrón resulta ser bastante estable y repetitivo y ha abarcado un total de 709 pacientes (que para ser un estudio de tipo clínico no está nada mal).
Es evidente que hay multitud de factores que pueden influir en esta mayor incidencia, como que por ejemplo la sangre tenga una mayor viscosidad por una mayor deshidratación (normalmente no nos despertamos para beber durante la noche) con lo cuál el contenido de la sangre es más viscoso, pero además los niveles de fibrinógeno e inhibidores del plasminógeno suelen ser más elevados, provocando una mayor probabilidad de coágulo…los cambios posturales también afectan a los cambios de presión sanguínea, etc.
Sin embargo yo no daría mucha importancia a este estudio, en el sentido de que no sólo factores fisiológicos influyen para tener un infarto. Recordad que una impresión muy fuerte, discusión, enfado, etc puede ser el detonante de un paciente con riesgo, y esto se puede producir a cualquier hora del día.
Os dejamos el link del artículo original por si os interesa:
http://scielo.sld.cu/scielo.php?pid=S1025-02552009000100010&script=sci_arttext
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