Siempre he sido defensor acérrimo de la naturaleza y me niego a ejercer de forma consciente y directa cualquier daño sobre ella. Y al igual que soy incapaz de concebir la tauromaquia tal y como la concebimos hoy en día también me opongo a esta práctica que llaman aquí en Valencia el parany (parañ en castellano, aunque creo que no existe el término). Si tenéis interés en conocer de qué va todo esto y por qué deben prohibirlo os animo a que leáis la entrada.
El parany es el nombre que reciben las estructuras que montan los llamados paranyers (personajes que se dedican a la caza) y que consisten en árboles podados de una forma concreta para poder instalar una serie de barras que a su vez llevan pequeños hilos impregnados de pegamento.
A un pájaro, viéndolo desde fuera, le parece un árbol más en el que posarse. El problema viene cuando se meten entre sus ramas y las plumas de las alas quedan impregnadas del pegamento. En ese momento ya no pueden volar y es cuando estos cazadores los recogen y los rematan.
Teóricamente se utiliza para la caza de los tordos, el problema es que no es un sistema de caza selectivo y quedan enganchados petirrojos, currucas, mosquiteros, carboneros y un largo etc. Si bien es cierto que deben soltarlos, muchas veces los daños que les producen ya son irreparables y la mayoría de veces acaban muriendo porque al despegarlos pierden gran parte de las plumas de las alas, y en otras ocasiones mueren intoxicadas por el propio pegamento o de hambre al quedárseles pegado el pico.
En el resto de España es ilegal, pero aquí en la Comunidad Valenciana seguía siendo medio legal amparándose de la investigación y usando como testaferro a la Universitat Politécnica de Valencia (que por cierto vergüenza debería darles). Ahora mismo se han congelado esos permisos de caza y parece ser que por fin cumpliremos la normativa europea. Ahora solo falta que las autoridades denuncien a todo aquel que siga teniendo los paranys en sus casetas de campo y que persigan el mercado negro que existe de venta de aves, en algunos casos protegidas, a restaurantes.
Yo no sé vosotros…pero yo prefiero ver a estos animalillos así…que no untados de pegamento…a ver si reflexionamos un poquito, que antiguamente también era tradición quemar a los herejes en las plazas de los pueblos y ya no lo hacemos…
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