Si tienes perro, y estás leyendo ahora mismo esto, míralo a los ojos. Seguro que sientes ternura, amistad, cariño…sentimientos que podrían despertarte perfectamente un pariente, un padre, una madre, tu pareja o tu hijo. Sin duda la frase: El perro es el mejor amigo del hombre es muy cierta, y puede que tenga incluso una explicación científica.
La relación entre humanos y perros despierta tal interés que el estudio que os comento hoy ha aparecido en los periódicos en la sección de ciencia y ha dado lugar a una sección online en la prestigiosa revista científica Science titulada Dog`s: Scientists best friend.
La clave de esa relación casi paterno-filial que tenemos con nuestros amigos peludos podría estar relacionada con una hormona llamada oxitocina. Esta hormona se sintetiza en el hipotálamo, la región del cerebro asociada ni más ni menos que a los sentimientos. Esta hormona está presente en muchos ámbitos de nuestras vidas, pero sobre todo se relaciona con la maternidad y es que sus niveles se disparan antes del parto y posteriormente durante los primeros meses de vida, entre otros aspectos regula la distensión del útero durante el parto, facilitando el nacimiento, su secreción se incrementa con la estimulación de los pezones durante la lactancia, mantiene a la madre en un estado de semialerta, haciendo que se despierte fácilmente del sueño cuando el niño requiere de sus cuidados, etc. Es por ello que en inglés se le conoce como “bonding hormone” que yo lo traduciría como hormona de la empatía, ya que se tiene roles distintos, no solo en el ámbito reproductivo como hemos descrito, sino también en el cómo nos relacionamos con nuestros amigos, familiares, compañeros de trabajo, etc. De hecho ciertos patrones genéticos en el receptor de la oxitocina han reportado comportamientos agresivos con el entorno.
En el caso de la relación perros-humanos científicos Japoneses han encontrado que la clave de esos sentimientos que despiertan los canes podrían estar relacionados con dicha hormona, la oxitocina. Han comprobado que tras dejar a 30 perros con sus respectivos dueños en una habitación durante 30 minutos para que jugasen, los acariciasen e interaccionaran con ellos. Posteriormente midieron los niveles de oxitocina en orina, tanto de mascotas como de dueños. La respuesta es más que curiosa. En ambos casos, tanto en dueños como en perros, se incrementaban los niveles de la hormona.
Repitieron el experimento con lobos criados en biberon y curiosamente no se repitió el mismo patrón. Sin embargo si se aplicaba más oxitocina en el ocico de los perros ésta se incrementaba también en los dueños dando lugar a una especie de bucle de retroalimentación positiva.
De alguna forma la convivencia perros-humanos habría desencadenado un mecanismo parecido al que producen los recién nacidos en los padres para garantizar la persistencia del individuo. Esa empatía mútua se repite en la relación perro-dueño e incluso se ha llegado a postular que podría tratarse de un fenómeno coevolutivo…aunque eso todavía estaría por ver. Sea como sea, se trata de un estudio interesante, tanto como para ser portada de la revista Science.
Además la capacidad de despertar esa empatía podría justificar todavía más el uso de estos animales como terapia para gente inadaptada, gente con autismo, y un largo etc. Os animamos a que le deis un vistazo.
Oxytocin-gaze positive loop and the coevolution of human-dog bonds
Miho Nagasawa, Shouhei Mitsui, Shiori En, Nobuyo Ohtani, Mitsuaki Ohta, Yasuo Sakuma, Tatsushi Onaka, Kazutaka Mogi, and Takefumi Kikusui
Science 17 April 2015: 348 (6232), 333-336.
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