Después de un pequeño descanso retomo de nuevo el blog. Es difícil actualizar ahora en verano que estás un poco más apartado de los libros y no estás tan actualizado conceptualmente que cuando vas a la Universidad. Aun así la entrada de hoy va a ser "zoológica" a pesar de que no era mi asignatura favorita no se puede negar que era bastante interesante y hoy os voy ha hablar de algo que todavía me acuerdo porque me llamó mucho la atención.
El filo de los artrópodos es uno de los filos más numerosos en el reino animal, en torno al 89%.
La aparición de este filo aportó numerosas novedades en cuanto a estructuras, como la aparición de apéndices pares articulables, o el fenómenos de tagmosis o tagmatización.
Otro aspecto muy importante es un notable desarrollo de los órganos receptores, aparición de receptores al tacto o a la presión (mecanaoreceptores), a las vibraciones acústicas (tangorreceptores), a la temperatura (termoreceptores)...pero sin duda los más sorprendentes son los ojos compuestos como fotorreceptores. En el caso de los artrópodos los ojos simples no permitía formar una imágen nítida, tan sólo captar formas, bultos y cambios de intensidad lumínica. Si embargo la aparición de los ojos compuestos, formados por omatidios (unidad fotorreceptora) capaces de formar imágenes nítidas independientes.
Comparación entre un ojo compuesto (derecha) y un ojo simple (izquierda) de artrópodos.
El funcionamiento del ojo simple, ocelo, no es que sea menos interesante pero me parece mucho más eficaz el compuesto, sobre todo a la hora de aprovechar la luz. En esta condición cada omatidio percibe solo un fragmento de la imágen, cada omatidio queda aislado del otro y en conjunto se forma una imagen muy nítida pero en forma de mosaico.
Como ya había comentado anteriormente los ojos compuestos están formados por unidades de visión llamadas omatidios, que dispuestos en conjunto forman el ojo compuesto, en total pueden haber hasta unos 2000 omatidios por ojo compuesto.
Cada omatidio posee las mismas estructuras que un ojo simple: cornea, cristalino...pero varía sobre todo su disposición y aquí está una de las claves de su eficacia.
Entre los omatidios adyacentes se encuentran unas células llamadas pigmentarias y el desplazamiento del pigmento permite acomodarse a las diferentes intensidades de luz.
Hay tres tipos de células pigmentarias diferentes: retinal distal, retinal proximal y reflectante.
Cuando la intensidad de luz es elevada el pigmento retinal distal se mueve hacia dentro, y el proximal hacia fuera, de manera que se forma una funda completa de pigmento alrededor del omatidio.
Cuando la intensidad de luz es baja tanto el pigmento proximal como el distal se retraen quedando separados, de tal manera que los rayos de luz , con la ayuda de las células reflectoras pigmentarias, puede pasar a los omatidios adyacentes, aprovechando mejor así las condiciones lumínicas. Este tipo de visión es mucho menos precisa, la imágen se forma de manera contínua o por superposición. La imagen final queda totalmente desenfocada pero tiene la ventaja de aprovechar al máximo las condiciones de luz limitadas.
Y ahora pensad un poco... ¿tenemos los mamíferos los ojos más eficaces?
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Las imágenes y la información han sido extraídas de los apuntes de Zoología de 2º de Licenciatura de Ciencias Biológicas de la Universida de Valencia de la profesora Romana Capaccioni Azzati.
2 comentarios :
Hola, te escribo desde Chile, soy aficionado al estudio de insectos y el concepto de OCELO, que has usado en tu breve relación sobre el Ojo Compuesto como estructura no me ha quedado claro. El OCELO es un ojo ?
Hola Antón,
Los ocelos son ojos primitivos, muy sencillos y que no son capaces de formar una imagen nítida, en ocasiones son ojos accesorios para percibir cambios de luz etc, como ocurre con las libélulas, o las mantis...tienen los ojos principales y luego por ejemplo encima de la cabeza un par más pequeños y sencillos. Un saludo!
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