Hace unos meses, el profesor Norberto Ovando me propuso que publicásemos en el blog un artículo sobre Las Yungas y los bosques nubosos en peligro. Esta vez nos ha vuelto a escribir para proponernos uno de sus nuevos artículos. Si no lo conocéis ya es el vicepresidente de la Asociación Amigos de los Parques Nacionales "Perito Francisco P. Moreno", además de Experto en la Comisión Mundial de Áreas Protegidas (WCP) de la UICIN, así como de la Red Latinoamericana de Áreas Protegidas (RELAP). Sin más dilación os dejo disfrutar de este artículo:
Cuando el dióxido de carbono (CO2) emitido a la atmósfera se disuelve en el agua de mar, tienen lugar una serie de reacciones químicas que resultan en el proceso conocido como, acidificación oceánica
Por Prof. Norberto Ovando*
El otro problema del CO2
La acidificación oceánica es un problema detectado recientemente, aunque sus implicaciones podrían llegar a ser tan importantes como las asociadas con el calentamiento global. De hecho, mientras éste último resulta un tanto elusivo y es difícil de monitorizar, la acidificación oceánica puede ser cuantificada, es predecible y es progresiva.
Algunos estudios recientes muestran que la captación actual de CO2 por parte del océano superficial – y su consiguiente tasa de acidificación – ocurre unas 100 veces más rápidamente que durante el final de la última glaciación (hace 20.000 años), que fue el último momento en el cual el CO2 aumentó de forma significativa.
La acidificación oceánica
El cambio del medio marino hacia unas condiciones más ácidas (o menos básicas) se debe al incremento de la cantidad de CO2 en la atmósfera. Esto se conoce como acidificación oceánica y ocurre cuando este CO2 reacciona con el agua de mar, al ser captado por el océano, produciendo un compuesto ácido. Cuanto más rápido aumente el contenido en CO2 de la atmosfera, más rápida e intensa será la acidificación del océano.
Diversos proyectos de investigación alrededor del mundo estudian este problema y, aunque todavía existen muchos interrogantes, hay un considerable consenso científico de que la acidificación oceánica es un hecho real y supone una amenaza importante para nuestro estilo de vida.
La quema de combustibles fósiles provoca un aumento del CO2 en la atmósfera que es captado por el océano y hace que éste se vuelva más ácido.
La acidificación oceánica producida por el hombre está afectando al océano de manera mucho más rápida que el ritmo de recuperación natural de la Tierra. La tasa actual de acidificación es 10 veces más rápida que cualquier otra experimentada desde la era de los dinosaurios, hace 65 millones de años.
Distintos océanos
Aunque la acidificación oceánica ocurrirá de manera global, ésta se producirá de forma más intensa y rápida en algunas regiones del océano que en otras, y sus impactos también variarán debido a diferencias en la temperatura o en los patrones de circulación.
La mayor parte del CO2 se acumula en una capa de agua de mar muy cercana a la superficie del océano. Aproximadamente, el 50% del CO2 que hemos emitido reside en el 10% del océano más superficial.
Es inevitable que los niveles de CO2 atmosférico sobrepasen el nivel actual de 391 ppmv, y esto seguirá disminuyendo el pH de la superficie del mar. Sin embargo, la velocidad y el alcance del futuro aumento son difíciles de predecir, debido a que dependen de si somos capaces de reducir nuestras emisiones de CO2 y en qué medida.
Vida marina
Muchos organismos marinos, en sus fases larvarias, juveniles y adultos pueden verse afectados de manera diferente por la acidificación del océano. Podrían crecen menos y más lentamente, los depredadores serán menos eficaces y las presas probablemente menos capaces de evitar su captura. En el caso de los adultos, el estrés causado por la acidificación del océano puede afectar a su comportamiento y en última instancia reducir sus tasas de crecimiento y la capacidad reproductora podría mermar, hasta el punto en que las poblaciones se vean afectadas.
La pregunta clave no es si la vida del océano se adaptará y se desarrollará en respuesta a la acidificación del océano. Lo que es cuestionable es su capacidad de adaptarse y desarrollarse suficientemente ante la ‘rápida’ acidificación del océano, de tal modo que las ‘nuevas’ comunidades que surjan sean capaces de proporcionar los mismos servicios y bienes esenciales que usamos y nos mantienen.
Aunque ya estamos viendo cambios en la química del agua del océano como consecuencia de la absorción de CO2 atmosférico y los impactos derivados de ello sobre los ecosistemas marinos, estos cambios son reversibles a largo plazo.
Recomendaciones
Recomendamos leer la guía multilingüe “Acidificación Oceánica: Los Hechos” financiada por Fundación Príncipe Alberto II de Mónaco, Patrimonio Natural Escocés, Inglaterra Natural, UICN, EPOCA y el UK Ocean Acidification Research Programme.
Ver documental sobre acidificación de los océanos con subtítulos en español:
Dan Laffoley, Vicepresidente encargado del tema marino de la Comisión Mundial de Áreas Protegidas de la UICN y redactor principal de la guía, dice “El cambio climático está en primera plana en todas partes, pero tiene un mellizo diabólico, derivado del mismo dióxido de carbono invisible, con efectos más medibles, rápidos, y al parecer, incontenibles”.
Carl Gustaf Lundin, Director del Programa Mundial Marino y Polar de la UICN opino que “Un océano acidificado es una amenaza real y grave a nuestra existencia. Ha llegado la hora de actuar para limitar el impacto sobre los sistemas que sustentan la vida antes de que sea demasiado tarde.”
Conclusión
Los efectos de la acidificación del océano se incrementarán paulatinamente y aunque los impactos que ya son evidentes parecen ser relativamente leves, continuarán aumentando junto con la tasa de acidificación.
Debemos estar bien informados sobre la acidificación oceánica, para poder actuar con mayor consenso, ambición y urgencia, y saber como hacer frente a uno de los problemas ambientales más significativos al que se enfrentan las presentes y futuras generaciones.
Una disminución de los niveles de CO2 atmosféricos es esencial si queremos primero reducir, y después detener la acidificación del océano.
“Pido una drástica reducción de los niveles de dióxido de carbono (CO2), para evitar que la acidificación oceánica cause daños extensos y severos a los ecosistemas marinos”. HSH Príncipe Alberto II de Mónaco
Fuente: Ocean Acidification Reference User Group
* Presidente / Asociación Amigos de los Parques Nacionales - AAPN -
Experto Comisión Mundial de Áreas Protegidas - WCPA - de la UICN.
Red Latinoamericana de Áreas Protegidas - RELAP -
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