Muchos de vosotros estaréis en exámenes o terminándolos, por eso desde Biogenmol os queremos dar ánimo y mucha suerte. La entrada que quiero remarcar hoy me ayudó en su día a repasar un examen (mientras la elaboraba…) así que hoy quiero compartirla de nuevo con vosotros, espero que os pueda ayudar…
Cuando hablamos de metamorfosis uno de los ejemplos que primero nos viene a la cabeza en vertebrados es el de la rana. Su paso de renacuajo a rana es fascinante, y muy vistoso. ¿Pero, qué mecanismos regulan este proceso?
A nivel fisiológico los procesos son de tipo endocrino, factores genéticos y ambientales influyen en el funcionamiento de varias glándulas metamórficas induciendo al cambio y a la diferenciación. Para que se den esta serie de cambios metamórficos han de coincidir una serie de factores bióticos (disponibilidad de alimento, competición...) y una serie de factores abióticos como la temperatura, el fotoperiodo...
Los cambios que se producen son importantes. De una larva sin pulmones, que no tiene extremidades pasamos a un animal que posee patas, es capaz de conquistar el medio terrestre, y que además ha cambiado su herbívora por otra carnívora.
La interacción de todos estos factores marca el inicio de la metamorfosis pero el desarrollo del proceso está controlado de forma endocrina por hormonas tiroideas y prolactina. Además podemos dividir la metamorfosis en tres etapas según la concentración de hormonas presentes en dicho momento:
Premetamorfósis. Es el periodo de crecimiento de la larva, dura alrededor de los 20 primeros días y endocrinológicamente se caracteriza por una baja secreción de hormonas tiroideas a causa de que el eje hipotálamo-hipofisario es aún inmaduro, por tanto no llega hormona liberadora de tiroides a la adenohipófisis y hay una baja secreción de TSH. No obstante los niveles de prolactina en esta etapa son elevados porque tampoco se produce el inhibidor de la prolactina. Esta prolactina va a inhibir cualquier proceso de de cambio.
Prometamorfosis. Es un periodo de crecimiento reducido con lentos cambios morfológicos. Comienza el crecimiento de la glándula tiroides y se incrementa su actividad secretora. Además empieza a diferenciarse la eminencia media y se va restableciendo el eje hipotálamo-hipofisario que provoca que los niveles de TRH, hormona liberadora de la tiroxina, aumenten progresivamente liberándose hormona estimulante tiroidea. De manera que en esta etapa van a aumentar los niveles de tiroxina, estimulando el desarrollo de la hipófisis y del sistema portal facilitando así la síntesis de la hormona inhibidora de la prolactina. Por tanto se produce una bajada de los niveles de prolactina y un aumento de los de tiroxina. Estos patrones van a iniciar los cambios morfológicos grandes, tejidos larvales que habían crecido con la influencia de prolactina son reabsorbidos y empiezan a diferenciarse los tejidos adultos.
Clímax metamórfico. En esta etapa es en donde se van a producir los cambios "explosivos", el eje hipotálamo-hipofisario está ya a pleno rendimiento y se produce una estimulación masiva del tiroides, vía la TRH y la TSH. Durante este último periodo los niveles de tiroxina empiezan a restablecerse por retroacción negativa de los niveles de tiroxina sobre la liberación de la TRH.
Este es un ejemplo de la importancia del control hormonal en el desarrollo. Muchos de los pesticidas poseen estructuras químicas muy semejantes que pueden ejercer como hormonas. Imaginad cómo puede afectar al desarrollo de los seres vivos...
1 comentario :
Muy bueno, me encanta la forma tan sencilla y amena como describes este pequeño milagro biológico.
Un abrazo
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