Desde mi punto de vista no hay imagen más representativa de la biología molecular que la doble hélice de DNA. Se ha convertido en el símbolo de muchas empresas dedicadas a la genética y a la biotecnología porque por ahora es casi dogmático que el ADN en la mayor parte de los seres vivos es bicatenario (hay virus que son de DNA monocatenario pero esto ya es otra historia…). El descubrimiento de la doble hélice por Watson, Crick y Rosalind Franklin (omitida siempre en la historia) en Cambridge en el 1953 es para mí, si cabe, el descubrimiento más importante del siglo XX, permitiendo que ahora sepamos todo lo que sabemos de biología molecular y sus mecanismos. Pero ahora 60 años después investigadores de esta misma universidad han cuantificado en células humanas la presencia de DNA de quatro hebras.
Los investigadores habían planteado modelos hipotéticos de una quádruple hélice, que se forma entre tétradas de guaninas. Mediante análisis computacional de secuencias se vio que estas tétradas de guanina eran muy abundantes en sitios que no se traducen a ninguna proteína pero que participan en la regulación de la expresión génica como los promotores o los propios telómeros. In-vitro se había conseguido obtener estas estructuras, pero hasta el momento no se tenían demasiadas pruebas de que esta estructura se formase en las células o sólo fuese algo teóricon.
Ahora los investigadores han logrado obtener anticuerpos (moléculas que complementan dichas estructuras y se unen a ellas específicamente) contra estas estructuras y han conseguido localizarlas y cuantificarlas en células de mamífero, sin duda un resultado digno de aparecer en una de las revistas de mayor impacto en el campo de la biología y de la ciencia, Nature.
El artículo ha revelado algo que ya se sospechaba, estas estructuras, termodinámicamente muy estables, se encuentran en los extremos de los cromosomas estabilizando esas zonas que conocemos como telómeros, y además su formación está regulada durante todo el ciclo celular.
Estas estructuras son susceptibles de unirse a distintos ligandos. Y en esta última frase se encuentra el gran interés despertado ya que se sospecha que habrá mayor presencia de cuádruple G-hélices en células cancerosas que en células no cancerosas, con lo cual estas estructuras podrían convertirse en una de las nuevas dianas para el tratamiento del cáncer, atacando el problema desde la raíz, la replicación excesiva y sin control de unas cuantas células rebeldes. Os dejo el link del artículo:
http://www.nature.com/nchem/journal/vaop/ncurrent/full/nchem.1548.html
2 comentarios :
Hola,
Cada día se avanza más descubriendo lo complejas que son las células y su funcionamiento para coordinar sus funciones y responder al ambiente: ahora también se forman estructuras de cuádruple hélice que están implicadas en procesos biológicos importantes (señalaste el cáncer, pero puede que haya otros). ¿Se debe todo a la casualidad, o esas estructuras están cumpliendo un rol específico y son necesarias y parte de la maquinaria celular o genómica? ¿Se forman al azar donde casualmente hay tétradas de guanina, o dichas GGGG's se concentran en puntos concretos y a la distancia adecuada para dar lugar a esas estructuras tridimensionales? Esto lo podemos aplicar a cada uno de los procesos celulares y al final se acaba pensando que de alguna forma las células responden activamente a su entorno. No todo puede surgir por azar, quizás la fuente de nuevas funciones biológicas no es al azar sino una respuesta activa a las necesidades.
Ahí lo dejo :) V.
Es muy interesante darse cuenta como van avanzando los conocimientos que llevan a descubrir un sin fin de funciones de las células. Esto de la cuádruple hebra podría llegar a impedir que las células cancerosas se multipliquen y esto a que sin fin de nuevos descubrimientos. Grandioso!
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